Arquitectura africana

Raíces de la arquitectura africana

Naturaleza, sol y tradición

Decía Kapupcisnki  tras escribir "Ébano", el libro que narra sus viajes por el continente africano entre 1957 y 1990, que “África no existe. Es un continente demasiado grande para describirlo. Es todo un océano, un planeta aparte, todo un cosmos heterogéneo y de una riqueza extraordinaria."

Tras haber visitado varios países africanos, nos damos cuenta de que su arquitectura también es un océano, un conglomerado de estilos, en donde no todas las zonas tienen las mismas técnicas de construcción y, sobre todo, lo que resulta útil en un lugar, no tiene por qué serlo en otro.

Hemos visto grandes construcciones, y mucha arquitectura moderna, nacida en la época colonial, y extendida como un medio de representar el poder, el imperialismo o supremacía. Pero, en este post, queremos reflejar la arquitectura a la que mayor importancia damos, la que reside en las propias casas, en la cultura de sus habitantes.

Las viviendas de las aldeas africanas son esos pequeños lugares, dentro de las cuales transcurre la vida diaria. Son casas que se han construido a base de materia prima abundante y próxima a la zona de construcción. Dependiendo del país, el clima o el carácter nómada de la población, se utilizan unos materiales u otros. 

El barro, por sus características: económico, sencillo de hacer, ecológico… es uno de los más usados. Hemos aprendido que la planta del cacao se emplea, en aquellas áreas donde es común su cultivo, para impermeabilizar las casas y ahuyentar a insectos. 

Y el adobe, que cada vez que lo escuchamos nos recuerda a nuestros programas de diseño, es otro de los más extendidos; una masa de barro mezclada con paja que, moldeada en forma de ladrillo y secada al aire, se utiliza en la construcción para paredes y muros.

Es inspirador darnos cuenta que esta tradición, se basa en la relación tan sostenible que las comunidades tienen con su entorno. Materiales naturales que son compatibles con el medio ambiente, casas que facilitan la circulación del aire en su interior, su capacidad auto-aislante, y una gran simbiosis con la naturaleza.

Muchos de los colores que vemos en sus paredes, son naturales de la tierra. Hay tantas variaciones en su color, que podemos conseguir desde el beige más claro, hasta el rojo o incluso el negro. Estos colores nos han conquistado, y ya es casi imposible sacárnoslos de la cabeza.

Un ejemplo de que esto se puede lograr, es el arquitecto Francis Kéré, cuyo concepto de obra sostenible es mundialmente conocido. El enfoque que le aplica a sus proyectos está basado en la ventilación natural, el uso de materiales locales para crear edificios modernos, y la adaptación de soluciones enraizadas en la cultura de cada lugar en el que trabaja.

Lo que sí haremos es aprender de toda esta tradición que existe en nuestro maravilloso planeta. Construcciones que nos ayudan a valorar nuestro patrimonio y a aplicar estos conocimientos en nuestro diseño, desarrollo personal, y profesional. Mirar al pasado para aprender a construir nuestro futuro.


 

Cristina

Fuentes:

Fotografía local Natalia Murúa

Inspiración Pinterest

Francis Keré ethic.es